¡Hola amig@s! En el artículo de hoy vamos a tratar de dar respuesta a la pregunta ¿cómo son los mareos por ansiedad? ya que muchas personas padecen mareos pero desconocen la diferencia entre los que se producen por ansiedad o por causas funcionales.
Empezamos por lo básico: los mareos por ansiedad son sensaciones de inestabilidad, vértigo o desvanecimiento que surgen cuando el cerebro activa el sistema de alarma sin peligro real.
Es una especie de cortocircuito entre mente y cuerpo: el cuerpo responde —según la genética y la respuesta inflamatoria— con síntomas físicos que incluyen mareo.
Tipos de mareos
Mareo vestibular: cuando el mundo gira sin moverse
Este tipo de mareo es el que muchas personas describen como «todo me da vueltas». Se trata de una sensación real de movimiento rotatorio —como si estuvieras en una montaña rusa sin haberte subido a ninguna— y suele estar relacionado con alteraciones en el sistema vestibular, que está en el oído interno.
Este sistema es el encargado de informarle al cerebro sobre la posición de tu cuerpo en el espacio. Si se desequilibra, el cerebro recibe señales contradictorias y se produce el vértigo. Puede aparecer por causas físicas como una infección, un golpe, o enfermedades como la de Ménière o el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB).
En estos casos, se suele acompañar de náuseas, pérdida de equilibrio e incluso vómitos.
Mareo presincopal: la falsa alarma de desmayo
Este mareo no se siente como un giro, sino más bien como un «me voy a caer», una sensación de inestabilidad con visión borrosa, zumbidos en los oídos y piernas débiles. Es lo que ocurre justo antes de un desmayo, aunque en la mayoría de los casos, nunca se llega a perder la conciencia.
Puede estar provocado por bajadas de tensión, hipoglucemias o simplemente por hiperventilación, que es muy común en personas con ansiedad. Aquí, el cuerpo entra en modo alarma, se acelera el corazón y se produce una sensación muy desagradable… pero es inofensiva.
Una clave: si estás en ansiedad, tu cuerpo no se va a desmayar, porque el sistema simpático está activado para todo lo contrario, para resistir.
Vértigo psicológico o mareo por ansiedad: cuando el miedo engaña al equilibrio
Este es uno de los síntomas más frecuentes entre quienes sufren ansiedad, y también uno de los más confusos.
La persona siente que está «rara», que «no pisa firme», como si flotara o no estuviera del todo conectada con su cuerpo.
No hay giros ni visión borrosa como tal, sino una especie de aturdimiento o embotamiento que puede durar horas, días o ir y venir.
¿La causa? Una sobrecarga emocional que altera los neurotransmisores (como la serotonina y el GABA) y genera una sensación persistente de inseguridad corporal.
Lo bueno es que, al no tener una causa física grave, se puede trabajar con terapia cognitivo-conductual y aplicar el método de los 4 pasos. Confrontar este miedo con valentía, aceptarlo sin resistencia y dejar de luchar contra él, es lo que realmente lo desactiva. Y esa es nuestra meta: liberarte de este vértigo emocional desde la raíz.
Cómo son los mareos por ansiedad vs mareos por causas orgánicas
- Contexto emocional: Suelen aparecer en situaciones de estrés o anticipación
- Duración y frecuencia: Son breves, recurrentes, muchas veces disparados por pensamientos catastróficos (“¿y si me caigo?… ¿y si me da un síncope?”)
- Ausencia de signos físicos graves: No hay fiebre, ni pérdida de fuerza ni síntomas neurológicos. Tras pruebas médicas normales, se considera que puede ser ansiedad.
Con ansiedad, disminuye la serotonina (afecta el estado de ánimo y estabilidad), baja el GABA (sustancia de calma) y hay alteraciones en dopamina y norepinefrina.
A su vez, el estrés crónico puede generar inflamación cerebral, que distorsiona las señales del equilibrio y potencia ese mareo. Al romper ese ciclo emocional-biológico, la recuperación es real.
El Método de los 4 pasos De “Sin Miedo” para vencer estos mareos
1. Afrontar: no huyas del mareo, míralo de frente
Lo primero es no evitarlo. Si sientes ese mareo extraño, en lugar de quedarte en casa o dejar de hacer cosas por miedo a desmayarte, da el paso valiente de seguir con tu vida como si nada grave ocurriera. Ve a trabajar, sal a caminar, sube al metro. Porque lo cierto es que no te vas a caer, ni a desmayar, ni a perder el control. Tu cuerpo está sano, sólo está reaccionando al miedo.
Este paso es un giro mental: pasamos de evitar a confrontar.
2. Aceptar: deja de luchar contra la sensación
Una vez que aparece el mareo, no entres en pánico ni intentes distraerte. Dite a ti mismo:
«Está bien, que venga el mareo. No me importa. Estoy a salvo. Que haga lo que quiera.»
Esta aceptación radical desactiva la lucha interior que alimenta la ansiedad. No intentes calmarlo ni hacer que se vaya: simplemente acéptalo como un visitante molesto que ya se irá.
Esto, aunque parezca increíble, es un calmante natural.
3. Flotar: relájate en medio de la tormenta
Flotar es una actitud mental y física. Es no tensarte, no apretar los dientes ni el abdomen, no mantener una hipervigilancia. Imagina que estás tumbado sobre el agua, dejándote llevar sin resistirte.
Aunque el mareo esté ahí, tú sigues moviéndote con suavidad, sin rigidez, con una calma activa. Porque tu sistema nervioso entiende así que no hay peligro. Y empieza a relajarse.
4. Dejar pasar el tiempo: la ansiedad no se va en un segundo, pero se va
Este paso es clave: tener paciencia. El mareo puede durar un rato, incluso días, pero si no luchas contra él, si no te asustas, con el tiempo irá debilitándose. Tu cerebro aprende que esa señal no es peligrosa, y deja de activarla.
En este punto muchas personas se frustran porque quieren que desaparezca ya.
Pero este método no busca evitar la sensación, sino reeducar al cerebro emocional. Y eso, como cualquier aprendizaje, necesita repetición y confianza.
Este enfoque, validado por más de 200 testimonios en el canal oficial de YouTube, ha permitido a muchas personas salir del bucle de ansiedad y sus síntomas físicos, incluyendo los mareos.
Estas historias no son excepciones: son pruebas de que el cambio es posible.
Tratamientos Complementarios
- Terapia cognitivo-conductual: ideal para aplicar el método de los 4 pasos
- Técnicas de relajación o respiración diafragmática
- Ejercicio físico moderado: mejora la neuroplasticidad y reduce inflamación
- Soporte farmacológico breve: en casos de ansiedad severa, siempre bajo supervisión médica
Muchas personas explican que tras leer “Sin miedo” y aplicar el método, los mareos físicos desaparecieron en semanas.
Una usuaria cuenta en YouTube: “Mi cabeza giraba al subir un escalón… hoy ni me doy cuenta”. Así, del temor al vértigo, al control emocional.
¿Necesitas Ayuda?
Si todo esto resuena contigo y deseas orientación profesional, el equipo de Rafael Santandreu está preparado para acompañarte. Somos personas formadas en terapia cognitivo-conductual y en su método integral, y te guiamos paso a paso para recuperar tu bienestar. No estás solo: hay esperanza y herramientas fáciles de aprender.
Ánimo: esos mareos pueden pasar de ser tu señal de alarma a tu victoria personal. Si crees que necesitas apoyo, no dudes en contactar con el equipo de Rafael Santandreu. ¡Juntos lo venceremos!