Se puede usar el surrealismo para contestar a alguien demasiado preocupado, enfadado o triste. Se trata de responder con algo que no tiene nada que ver con el tema del que se habla, fingiendo que hemos perdido la razón. El surrealismo es gracioso y, además, nos saca de un empujón del marco mental de preocupación en el que estamos metidos. Una respuesta surrealista es equivalente a decirle al otro: <<¡Déjate de tonterías y haz algo provechoso como reírte, amar o gozar de la vida!>>.
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